La Premier League llega a su última jornada con un escenario que promete emociones fuertes y drama en su máxima expresión. Manchester City y Arsenal, dos titanes del fútbol inglés, se preparan para una batalla que definirá quién se alza con la corona de campeón. Tras una semana llena de tensión y resultados clave, el City, con un imparable Erling Haaland, tomó la delantera y dejó a los Gunners al borde del abismo.
City, en busca del tetracampeonato
El equipo de Pep Guardiola no ha dejado margen para el error. Con su victoria por 2-0 sobre Tottenham, impulsada por un Haaland en modo bestia, los Citizens sumaron los puntos necesarios para desplazar al Arsenal del primer puesto. Con 88 puntos y un equipo plagado de estrellas como Julián Álvarez, el Manchester City llega al duelo contra West Ham con la posibilidad de consagrarse campeón una vez más. Una victoria les asegura el título, pero cualquier tropiezo podría abrir la puerta para un desenlace de infarto dentro de la liga de futbol más competitiva del mundo.
Arsenal, la última esperanza
Los Gunners, dirigidos por Mikel Arteta, han visto cómo su sueño de romper una sequía de dos décadas sin títulos de liga se complicaba en la recta final. Con 86 puntos, necesitan más que nunca una actuación heroica. Ganar al Everton en el Emirates Stadium es imprescindible, pero no suficiente: también deben esperar que el City tropiece ante los Hammers. La diferencia de goles juega a su favor (+61 frente a +60 del City), pero un empate o una derrota de los Citizens sería la chispa que encienda la celebración en Londres.
El veredicto final
El telón se levanta este domingo desde temprano en territorio estadounidense, entre las 11.00 y las 12.00 del mediodía se dará una jornada que promete ser histórica. ¿Podrá el Manchester City mantener su dominio y sellar un nuevo título bajo la batuta de Guardiola? ¿O veremos al Arsenal resurgir y reclamar la gloria perdida? Lo único seguro es que los aficionados de ambos equipos vivirán cada segundo con el corazón en la boca. El drama, la pasión y la incertidumbre están servidos. ¡Que ruede el balón y que gane el mejor!
