Ante más bajos que altos, los Boston Red Sox cerraron su estadía en casa con el último de tres partidos contra los Marineros de Seattle y cerraron sus compromisos en Fenway antes de iniciar gira de seis juegos por Texas y Kansas City, y lo hicieron de manera dramática. Empatados 2-2 en la parte baja de la décima entrada, Tyler O’neill en segunda base y Rafa Devers con bate en mano y en el plato para iniciar los extra-innings, conectó un doblete que chocó con el monstruo verde y le dio a los Medias Rojas la victoria 3-2, enviando a todos los fanáticos que dijeron presente a este partido tempranero, felices a casa.
Un duelo, una serie que se sentía que los de casa estaban obligados a ganar porque desde el descanso del Juego de las Estrellas la novena Bostoniana había perdido todas las series que habían enfrentado en la segunda mitad de la temporada regular, arrancando con la barrida ante los Dodgers en Los Angeles, luego perdiendo dos de tres en Colorado y desperdiciando dos más ante sus archirrivales Yankees.
Empatada la serie a un juego por bando, los Red Sox llegaron a este compromiso con marca de 3 derrotas y 8 perdidas tras retomar la acción después del All-Star game luego de haber acumulado un récord de 10-3 en sus previos 13 encuentros.
Pero ahora no solo se han alejado de los Orioles de Baltimore y Yankees en la División del Este, sino que Tampa Bay también les pisotea los talones en la cuarta posición. Pero aún más importante es que la mala racha de las últimas fechas ha llevado a los Medias Rojas a perder terreno en la batalla por uno de los Comodines en la Liga Americana. En estos momentos, Boston se encuentra fuera del panorama de la postemporada, dos juegos atrás de Minnesota y Kansas City.
La defensa y el pitcheo relevista es lo que la joven escuadra de Alex Cora tiene que mejorar en los 55 partidos que le resta esta temporada si es que quieren mantener esas aspiraciones de clasificar a los playoffs. Con las recientes transacciones y llegadas del zurdo James Paxton y el derecho dominicano Luis García, provenientes de los Dodgers y de los Angels respectivamente, la gerencia de los Red Sox está poniendo de su parte para reforzar a este equipo mientras entra a la recta final de la campaña 2024.