En lo que se sentía que era un partido que ambos equipos estaban obligados a ganar para que la temporada no se les escapará de la mano, Patriots y Dolphins se midieron este domingo en el estadio Gillette en un duelo entre los peores dos equipos de la División Este de la Conferencia Americana. Ambos Patriotas y Delfines llegaron a este compromiso con marcas idénticas de 1-3.
Los visitantes de Miami abrieron el marcador en el primer cuarto con un gol de campo de 54 yardas de Jason Sanders. Los Patriots respondieron con una corrida para touchdown de Rhamondre Stevenson que corriendo por el carril derecho le dio la ventaja a los de casa
7-3 luego que viéramos la primera intercepción de la temporada del esquinero colombiano Christian Gonzalez.
Pero hasta allí el buen juego porque de ese punto en adelante fue un partido feo y la reflexión del récord de los dos equipos se vio en el terreno de juego. Lo réferis trajeron sus banderines amarillos y penalizaron a ambas escuadras en un sinnúmero de ocasiones, especialmente en la ofensiva. Los pateadores de ambos conjuntos fallaron goles de campos accesibles y presenciamos unas ofensivas inexistentes, solamente un total de 185 yardas para Miami en la primera mitad y apenas 98 yardas para Nueva Inglaterra.
La parte complementaria fue justo lo que se esperaba de este encuentro. Sin tanta pólvora en el ataque y con ausencia de creatividad. Por el lado de Nueva Inglaterra, todo comenzando con la falta de protección en la línea ofensiva, mientras en el otro lado de la cancha, los Delfines carecen de ofensiva sin su mariscal de campo titular Tua Tagovailoa, a pesar de contar con una de las duplas de receptores más talentosos de la liga.
Mientras que los Dolphins anotaron dos goles de campo y un touchdown para irse arriba, la ofensiva de New England desapareció por completo en la segunda mitad y con ello la buena suerte. Con menos de dos minutos por jugar y los Patriotas en posesión del balón, Jacoby Brissett conectó con Ja’Lynn Polk para lo que parecía un touchdown y la ventaja de los Pats que despertaba la algarabía de toda la afición. Pero la celebración, gritos y emoción se convirtió en abucheos y decepción segundos después cuando el árbitro central anunció que el talón del pie izquierdo de Polk había tocado la y este estaba fuera de juego. Todo el estadio Gillette se volvió incrédulo porque pasamos de una anotación a un pase incompleto que terminó con las esperanzas de los Patriots y de esa manera el triunfo para Miami 15-10.
En una jornada donde el resto de los equipos de la División del Este también perdieron, los Patriotas desaprovecharon una gran oportunidad de acercarse al resto de los equipos y darse un poco de confianza ellos mismo y a la afición. EL equipo de Nueva Inglaterra, específicamente la defensiva, batalló para mantener al equipo dentro de un juego que terminó siendo entretenido, pero el esfuerzo no será suficiente para sacar a este equipo del fondo donde se encuentra. Tiene que ser un mejor desempeño colectivo, enfoque total, mejor ejecución y más disciplina porque no se pueden seguir cometiendo 12 faltas como las de hoy ya que un equipo con tantas limitaciones no podrá ganar partidos jugando de esta manera.
Aún restan doce fechas en el calendario, pero si estos Patriotas no hacen los ajustes necesarios para mejorar en todos esos aspectos del juego, esta será una campaña que desde ya se siente larga.