Xavi Hernández admite que ganar la liga es “muy difícil” tras una derrota polémica frente al Real Madrid, con solo seis jornadas restantes.
La última jornada de La Liga en el Santiago Bernabéu ha sido decisiva y, a su vez, controversial. El clásico español, que enfrentó a dos de los equipos más laureados del fútbol, dejó casi sentenciada la competición a favor del Real Madrid, que logró imponerse sobre el FC Barcelona en un encuentro marcado por decisiones arbitrales debatibles.
Con el triunfo, el Real Madrid se ha distanciado en la tabla, colocándose a once puntos de su eterno rival cuando restan seis fechas para el final de la temporada. La misión para el Barça de alcanzar el liderato se antoja casi imposible.
Xavi Hernández, técnico del Barcelona, reconoció en rueda de prensa la dificultad que representa la situación tras el partido: “La Liga está muy difícil, no imposible, pero sí muy difícil”. La sensación de un esfuerzo infructuoso se palpaba en el vestuario azulgrana, conscientes de que, tras el desenlace del clásico, las opciones de título son mínimas.
Las realidades en contexto que deja Xavi Hernández post-clásico y englobando todas las competiciones del club catalán en Europa son las siguientes; A 11 puntos del Real Madrid de segundo en la clasificación en La Liga, eliminado nuevamente de Champions League en cuartos de final, eliminado en cuartos de Copa del Rey y resbalón total perdiendo la final de la Supercopa ante el Real Madrid
El Real Madrid, sólido en su campaña, suma 81 puntos después de 32 jornadas, por los 70 del Barça. Aun en la lucha por la segunda plaza, aparece el Girona con 68 puntos, seguido de cerca por el Atlético de Madrid y el Athletic Club, que ocupan la cuarta y quinta posición respectivamente.
El desenlace de La Liga podría llegar en tan solo dos jornadas si los resultados acompañan al conjunto blanco, dejando atrás un Barça que durante semanas intentó acortar distancias sin éxito. La polémica suscitada por el clásico del Bernabéu se suma a la tensión de una liga que parece inclinarse definitivamente hacia Madrid, mientras en Barcelona se aferran a un milagro matemático para cambiar su destino.
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