En los últimos años la selección chilena ha enfrentado una serie de desafíos que han puesto en duda su estatus en el fútbol sudamericano. La pregunta que muchos se hacen hoy en día es si Chile ha caído al fondo de la jerarquía futbolística en la región. Interrogantes desde diversas perspectivas.
El legado de la Generación Dorada
No se puede hablar de la selección chilena sin recordar la época dorada que vivió con jugadores como Alexis Sánchez, Arturo Vidal, Charles Aránguiz, Gary Medel y Claudio Bravo, entre otros. Bajo la dirección de los argentinos Jorge Sampaoli y luego de Juan Antonio Pizzi, Chile logró conquistar dos títulos importantes: la Copa América 2015 y la Copa América Centenario 2016. Estos logros posicionaron a Chile como uno de los equipos más temidos en Sudamérica y le dieron una reputación internacional significativa.
La transición generacional y los problemas actuales
Sin embargo, el ciclo de esa generación dorada llegó a su fin, y la transición hacia nuevos talentos no ha sido tan fluida como se esperaba. La falta de una estructura sólida de recambio y la dificultad para encontrar jugadores que puedan llenar el vacío dejado por los experimentados han sido evidentes. El equipo actual ha mostrado inconsistencias y problemas en la clasificación de las eliminatorias para el Mundial, lo que ha generado dudas sobre su competitividad y de paso, con un pie fuera de la próxima cita mundialera.
Comparación con otros equipos sudamericanos
Para determinar si Chile es la selección más débil de Sudamérica, es importante compararla con otros equipos de la región. Equipos como Bolivia y Paraguay también han enfrentado desafíos significativos y, en algunos casos, están en posiciones similares o incluso más arriba en las eliminatorias, salvo Perú que es el colista de la tabla. Sin embargo, en el caso de Chile, su declive es más notorio debido al alto nivel de expectativas que se tenían basadas en su éxito previo, a eso se suma, la llegada de uno de los mejores entrenadores de Sudamérica, Claudio Gareca.
Factores externos e internos
La situación de la selección chilena no se puede atribuir únicamente a problemas deportivos. Factores como el constante cambio de entrenadores, 5 directores técnicos desde el 2018 a la fecha, anote. Reinaldo Rueda (Colombia), Martín Lasarte (Uruguay), Eduardo Berizzo (Argentina), Nicolás Córdova (Chile) y Ricardo Gareca (Argentina). La falta de inversión en el desarrollo del fútbol joven y sus selecciones menores y la influencia de la política en el fútbol, pues Pablo Milad lo pone el ex presidente Sebastián Piñera a la testera de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP), luego de ser Intendente de la Región del Maule, factores que pueden haber afectado el rendimiento del equipo y del fútbol chileno. La estabilidad institucional y la capacidad de adaptarse a nuevas dinámicas futbolísticas son cruciales para el éxito continuo.
El factor Milad
El fútbol nacional y sus momentos más críticos, que se relacionan con los pésimos resultados de la selección y las series menores, el divorcio entre las familias y el estadio, y el “poco peso” que tendría la ANFP en la Conmebol, tiene nombre y apellido: Pablo Milad.
Milad llegó a la ANFP en julio de 2020, con la promesa de levantar al fútbol chileno que venía de capa caída tras las glorias alcanzadas en el 2015 y 2016. De eso, nada. De ahí es más, han sido fracaso tras fracaso en su gestión.
Cifras oficiales, indican el palmaré de fracasos de Pablo Milad en la ANFP y no clasificar a los mundiales: Mundial de Qatar 2022; Mundial femenino Australia y Nueva Zelanda 2023; Mundial sub 20 masculino Argentina 2023; Mundial sub 17 masculino en Indonesia 2023, eliminados de la fase de grupos en la Copa América 2024 y actualmente eliminados del Mundial 2026.
Mirando hacia el futuro
A pesar de los desafíos actuales, no es prematuro catalogar a la selección chilena como la “más mala” de Sudamérica. Aunque el fútbol es cíclico, y muchos equipos han pasado por fases de declive antes de volver a resurgir, pero se ve un panorama oscuro y un camino sin salida. La clave para Chile será cómo maneja esta etapa de transición, si logra encontrar nuevos talentos y si puede reconstruir su estructura para regresar a la competitividad, partiendo por renovar los dirigentes del fútbol nacional.
La selección chilena enfrenta un momento difícil, hoy es una de la más débil de Sudamérica, y para colmo, está inserta en las clasificatorias más competitivas del mundo. Lo que es crucial ahora es que Chile enfoque sus esfuerzos en la reconstrucción y en el desarrollo de nuevos talentos para volver a ser un contendiente fuerte en la región.