La Federación Española de Fútbol (RFEF) está experimentando una vez más turbulencias significativas, con la reciente incursión de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil en sus oficinas. Este desarrollo forma parte de una investigación en curso que ha llevado a varias detenciones, incluyendo la de Tomás González Cueto, una figura clave en la administración del “Rubialismo” de la mano de su autor principal Luis Rubiales, el expresidente de la RFEF. Este evento subraya la gravedad de los problemas internos dentro de la organización, que se ha visto sacudida por controversias y escándalos en los últimos tiempos y hoy podría salpicar al Mundial de futbol ya en calendario para España 2030.
La dimisión de Luis Rubiales, desencadenada por un incidente de “El Beso” más famoso del futbol mundial en el que se vio involucrado con la jugadora Jenni Hermoso, ha abierto la puerta a un examen más detallado de otras cuestiones problemáticas relacionadas con su gestión. Los llamados “Supercopa Files”, inicialmente revelados por el diario español: El Confidencial, parecen estar en el centro de las actuales investigaciones. Estos documentos se relacionan con la organización de la Supercopa de España en Arabia Saudita, un asunto que también genera morbo y un considerable debate y escrutinio sobre las decisiones y acciones de los dirigentes de la RFEF.
El foco en la Supercopa de Arabia señala las preocupaciones sobre cómo se manejaron los acuerdos y las implicaciones éticas y legales de tales decisiones, involucrados también la empresa Kosmos y el mismo exjugador profesional catalán; Gerard Pique entre otros empresarios de una larga lista de implicados. Estas investigaciones y las consecuentes acciones legales no solo ponen de relieve las prácticas de gestión dentro de la RFEF fraudulentas e ilícitas, sino que también plantean preguntas más amplias sobre la gobernanza y la integridad en el fútbol español encaminada al máximo evento mundial ya definido por la FIFA.
Este nuevo capítulo en los desafíos que enfrenta la RFEF sugiere un período de intensa reflexión y posiblemente de cambio dentro de la organización, cómo responderá la federación a estas últimas revelaciones y qué medidas se tomarán para restaurar la confianza y la credibilidad en su liderazgo en un contexto en el que más necesitan los españoles y España del futbol organizado que cualquier otro ente personal o fuera de la ley, todas estas son preguntas críticas que probablemente dominarán las discusiones en el fútbol español en el futuro cercano.
La continuidad del “Rubialismo”
Los problemas actuales de la Federación Española de Fútbol (RFEF) reflejan una crisis dirigencial continuada. La controversia se centra ahora en la ausencia de elecciones para designar un nuevo presidente que suceda a Luis Rubiales, en un momento en que Pedro Rocha ocupa el cargo de presidente interino.
La situación se complica aún más con la reciente intervención de la Guardia Civil, la detención de Tomás González Cueto, asesor jurídico de la RFEF quien se ha mantenido en su despacho desde donde fue el asesor de la RFEF con un contrato anual de 240.000 euros. González Cueto argumentaba en un informe que convocar elecciones no era necesario, sugiriendo que esto no sería “ejemplo de buena gestión, ni de democracia real“. Esta posición, sin embargo, ha sido contrarrestada por el Tribunal Administrativo del Deporte y la Comisión Directiva del Consejo Superior de Deportes, quienes han confirmado la necesidad de celebrar elecciones.
La cancelación de la reunión de la Comisión Gestora prevista para organizar los comicios, precisamente el día de la operación de la Guardia Civil, se suma a la crisis y la urgencia de abordar las cuestiones de nuevo líder dentro de la RFEF. Solo genera dudas la Federación para manejar sus asuntos internos de manera transparente y democrática, así como sobre su capacidad para superar los escándalos recientes y restaurar su imagen tanto a nivel nacional como internacional, es casi imposible de concretarse un plan.
La necesidad de elecciones se convierte, así, en un punto crítico para la RFEF, para cumplir democráticamente y con la mayor transparencia, si no también para ofrecer un nuevo comienzo y la posibilidad de superar los desafíos actuales con un Mundial a puertas. La dirección que tome la Federación en las próximas semanas y meses será crucial para el futuro de los españoles aficionados, los clubes y los jugadores del fútbol español.
Agenda pendiente Mundial 2030
La ampliación del proyecto de la RFEF para el Mundial de 2030, ya con un branding listo y presentado a la FIFA, los logos y los embajadores, así como el anuncio significativo de que la final del torneo no se celebrará en Portugal, deja a España y Marruecos como los únicos candidatos para albergar el evento, la pregunta es si en realidad España podría ser a la vista del mundo la mejor elección FIFA para una final luego de este nuevo escándalo de la RFEF.
Las innumerables inquietudes del mundo del futbol no son menores, considerando el papel crítico en que la percepción internacional juega en las decisiones de la FIFA al momento de otorgar la sede de los Mundiales y más una final. La inversión de 893 millones de euros a casi los 1000 millones en la nueva imagen del estadio Santiago Bernabéu en Madrid está a la espera de una final que en el tiempo significaría una reinversión a la economía de un país que vive principalmente de los servicios y el turismo, esta podría ser la final más esperada luego de España 82 y estar en jaque.
En este contexto de jaque, pero con la posibilidad de movimientos estratégicos sin el mate aún en las manos se encuentra España y su futbol, la RFEF en su momento más crítico, donde las acciones y decisiones tomadas en el corto plazo tendrán implicaciones duraderas para el futuro del fútbol español y su papel en el escenario mundial. Resolver los problemas internos, restaurar la integridad y la transparencia, y asegurar una candidatura exitosa para el Mundial de 2030 son desafíos que la RFEF debe enfrentar de manera proactiva y decisiva.
