En un encuentro donde la táctica, la pasión y la estadística se entrelazaron, el Real Madrid selló su pase a las semifinales de la Champions League con su especial toque de adaptación a las circunstancias más hostiles de juego y llenos de resiliencia, valor único encontrado en pocos ADN de equipos y selecciones que encuentran la fórmula para trascender y acabar con hechizos hegemónicos de sus contrarios este prevaleciendo sobre el Manchester City en una dramática tanda de penaltis.
El estadio Etihad, que no había presenciado una derrota local desde 2018, fue testigo de un partidazo que terminó 1-1 tras el tiempo reglamentario y la prórroga (3-4 en penaltis). Los números lo dicen todo; el Real Madrid, con un 43% de posesión del balón, supo hacer más con menos. El gol tempranero de Rodrygo a los 12 minutos fue fruto de una de las pocas, pero letales incursiones madridistas, en una noche donde los números reflejaron un esquema más defensivo y contragolpeador.
El City, dominando con un 57% de posesión dio cátedra de como se controla una justa futbolística, el bloque compacto y alto de tablero de ajedrez le dio el punto de la tenencia y salidas en transiciones rápidas que servían de manejo en los hilos del juego y una impresionante cifra de 27 tiros, 6 de ellos a puerta, encontró en Lunin a un muro infranqueable.
El portero blanco, con 8 paradas cruciales a lo largo del encuentro, mantuvo el marcador a raya hasta que Kevin De Bruyne encontró la única fisura para igualar el marcador en el minuto 73, ya en este momento el empate significo en el tiempo reglamentario lo que observábamos en cancha, con estilos diferentes eran los mejores equipos europeos y tal vez del mundo quienes a su mejor forma se median como una final adelantada de la copa de campeones 23-24.
La segunda mitad y la prórroga estuvieron marcadas por la impenetrable defensa madridista, que se vio reflejada en las 15 intercepciones y los 6 despejes críticos de Rüdiger, quien se erigió como una figura defensiva clave y ese autor del penalti que quedara en la historia en la carrera de la celebración al final en la tanda de tiros penales. El City, por su parte, no cesó en su intento de desmontar el bloque defensivo blanco, pero se encontró con un Real Madrid que se estiró hasta el límite de sus fuerzas, aguantando el acoso sin ceder ante la presión.
El primer saque de esquina para el Madrid no llegó hasta el minuto 105, un reflejo de cómo el partido se jugó mayormente en su mitad de campo. Sin embargo, fue ese córner el que casi les da una ventaja tardía con una oportunidad de oro para Rüdiger. A medida que el juego avanzaba hacia los penales, se palpaba la tensión, pero la frialdad de Lunin en la tanda final, deteniendo dos disparos del City, fue el detonante para que el Real Madrid escribiera una nueva página en su legado europeo.
El enfrentamiento deja una estadística remarcable para el Real Madrid, que a pesar de ser superado en tiros totales, supo capitalizar sus momentos y hacer valer una eficacia defensiva que les ha caracterizado en su historial europeo, Ancelotti da nuevos pasos a su historial y deja en el ambiente el sabor de la 15º orejona para el equipo de Concha espina. Ahora, con la mirada puesta en el Bayern de Múnich, el conjunto continúa su andadura en busca de otra gesta en la competición más prestigiosa a nivel de clubes, haciéndolo al único estilo de adaptarse a su peor enemigo de ser necesario hasta forzar a toda costa una salida.
