El Clásico de este domingo 26 de octubre de 2025 se perfila como una de esas historias que trascienden al fútbol y se cuentan de generación en generación. En la antesala, el Santiago Bernabéu se convierte en el escenario de una batalla épica y emocional, donde el honor, el liderato y la rivalidad más grande de Europa se funden en noventa minutos irrepetibles.
El Real Madrid llega a este enfrentamiento tras sortear un trayecto plagado de lesiones, dudas tácticas y exigencia máxima, pero con la firmeza del gigante que jamás se rinde. El equipo de Xabi Alonso, resiliente y orgulloso, se reconstruye de las adversidades y se apoya en el retorno de figuras claves como Carvajal desde el camerino y Huijsen en defensa y en la pólvora de Mbappé y Vinícius en ataque con un eje ya irremplazable; Arda Güler. A pesar de no contar con Rüdiger ni Alaba, el Madrid busca que la pasión de su público y la historia de su camiseta le impulsen en la lucha por el liderato y así terminar de asentar en el gusto del fútbol más esperado por el mundo blanco.

Posible XI Real Madrid:
Courtois; Valverde, Militão, Huijsen, Carreras; Tchouaméni, Camavinga; Güler, Bellingham, Jr.; Mbappé.
Enfrente está un Barcelona que vive su mejor momento anímico desde hace años. Hansi Flick ha logrado que el equipo recupere fluidez y verticalidad, convenciendo a los azulgrana de que pueden mirar a los ojos a su eterno rival, incluso sin referentes como Gavi, Raphinha o Lewandowski. El entorno culé respira confianza, con una plantilla joven hambrienta de gloria y una afición ávida de una hazaña en campo hostil.

Posible XI Barcelona:
Szczęsny; Koundé, Cubarsí, Araújo, Balde; De Jong, Pedri; Lamine Yamal, Fermín, Rashford; Ferran Torres.
En el centro de este escenario, el joven Lamine Yamal irrumpe como el narrador inesperado del partido. Sus declaraciones incendiarias contra el Real Madrid han caldeado el ambiente y dotado el choque de una narrativa aún más pasional. Los blancos, dolidos en su orgullo, han prometido responder en el césped. El Clásico nunca es solo un partido, es una declaración de intenciones y mañana cada jugada, cada duelo cuerpo a cuerpo, tendrá el peso de la historia.
El duelo en la pizarra será emocionante: el Madrid apostará por el vértigo en las transiciones rápidas y el descontrol de las salidas culé, con Tchouaméni y Camavinga como murallas y lanzadores para que Bellingham, y en especial Güler encuentren ese último pase limpio a Vinicius Jr. y Mbappé quienes así pondrán el dinamismo del frente ofensivo. El Barça, por su parte, buscará gobernar la posesión desde el eje Pedri-De Jong y desestabilizar con la frescura y descaro de Lamine Yamal y la velocidad de Rashford ahora más pívot que nunca. Cada error, cada acierto, puede ser definitivo en una batalla que parece destinada a decidirse en el límite de la emoción.
El Clásico de 2025 ya se está escribiendo, y la historia —como siempre— elegirá a sus héroes y villanos en función del temperamento, la calidad y la determinación. Una cita donde todo lo reciente y todo lo remoto convergen para ofrecer al fútbol europeo su capítulo más grande, y donde el mundo volverá a detenerse por noventa minutos para presenciar la leyenda en estado puro.






