Argentina y Colombia lograban la final de la Copa América USA 2024 con la mirada atenta de todo el mundo. En lo deportivo, albicelestes y cafeteros llegaban con un empate técnico, quizás Argentina un punto más arriba, punto que le daba la Confederación Sudamericana de Fútbol (CONMEBOL).
Y claro, desde un principio se visualizó que la selección Argentina tenía el camino más fácil que el resto para llegar a Miami. ¿Miami?, sí, ciudad elegida para disputar la final del torneo. Ciudad del Inter de Miami, equipo de la MLS donde juega Leonel Messi. Ciudad donde el presidente Claudio “Chiqui” Tapia inauguró las oficinas de la Asociación de Fútbol Argentino (AFA). Ciudad que distinguió al mismo presidente de la AFA, entregándole las llaves de la ciudad y además proclamando el «Día de la AFA».
Pero a decir verdad, toda la organización de esta Copa América ha sido una absoluta vergüenza, quizás aventurándose a decir que fue la peor de la historia. Esto deja a Estados Unidos con focos rojos a dos años del mundial que debe organizar junto a Canadá y México.
Marcelo Bielsa, entrenador de la Selección de Uruguay explotó y se fue en contra de la CONMEBOL y la organización, lo dijo fuerte y claro, sin rodeos y sin arrepentirse: “es una vergüenza”, dijo “El Loco”. Esto a raíz de los incidentes que se registraron en un sector bajo de plateas con familiares de los jugadores uruguayos que generaron la reacción de varios de los futbolistas, que terminaron a los golpes con hinchas colombianos, situación que está siendo investigados por la Unidad Disciplinaria de la CONMEBOL, con riesgo de recibir alguna sanción.
Aunque Bielsa no solo se fue en frente de la CONMEBOL y la organización local de la Copa América, sino que también, con justa razón, contra un sector del periodismo, ese periodismo que ve los intereses económicos en desmedro de lo deportivo.
CONMEBOL: un show de principio a fin
Esto ha sido un papelón de principio a fin en la organización y pone en tela de juicio a Alejandro Domínguez, presidente de la CONMEBOL, quien además no está dando la talla, donde lo único que logró en su momento fue conseguir mucho dinero para los clubes y para las federaciones, pero en lo deportivo, nada.
Domínguez transformó la final de la Copa América en un Súper Bowl y en un show, en una vergüenza deportiva por el extenso entretiempo (25 minutos) que tuvo el partido por la presentación de la cantante Shakira. Y de paso, deberá desembolsar 2 millones de dólares por los 6 minutos de la colombiana en escena, el que será el mayor gasto que tendrá que afrontar la CONMEBOL por algo extra futbolístico. ¿Pero en seguridad?, bien, gracias.
Estamos acostumbrados al fútbol con entretiempos que duran 15 minutos, por eso fue sancionado en esta misma Copa América Argentina, Chile, Uruguay, Canadá, Venezuela, pero Domínguez se tomó la atribución de decir: “no, vamos a jugar después de 20 minutos porque va a haber un show”. Alejandro Domínguez está absolutamente descontrolado y fuera de foco.
Lo cierto es que Domínguez y el “Chiqui” Tapia se creen el propietarios del fútbol Sudamericano, donde las demás federaciones, incluida la Asociación de Fútbol Profesional (ANFP) de Chile y un funesto Pablo Milad, se arrodillan antes ellos. Pero aquí los están observando y me atrevo a decir que la FIFA mira con absoluto desprecio al fútbol sudamericano.
La final vergonzosa
Con todo esto y más que salió a la luz, llegamos a la final en el Hard Rock Stadium de Miami. Argentina y Colombia. Colombia y Argentina. Pero comenzamos mal. Gravísimos incidentes para ingresar al estadio. Hinchas sin entrada se colaron y provocaron una avalancha que tuvo a varios heridos.
El inicio del partido tuvo que retrasarse una hora. Aficionados pretendieron entrar el estadio con entradas falsas. Complejo panorama desde el punto de vista de la seguridad, que la CONMEBOL y las autoridades locales ya estaban, o se suponía, avisados.
A veinte minutos de comenzar lo que sería una fiesta, se transformó en una pesadilla. Un evento del tercer mundo, en un país del primer mundo. Por un momento se pensó que la organización estaba a cargo de la Delegación Metropolitana de Santiago de Chile y Estadio Seguro, pero no, era la CONMEBOL y Estados Unidos.
Una nueva y pésima señal deja en evidencia las falencias que conocimos a lo largo de ésta Copa. Seguridad, canchas en mal estado, malos arbitrajes, deficiencias en el VAR, suma y sigue. Vergonzoso.
El fútbol y lo que lo rodea hay que organizarlo bien, hay que mirar lo que hace la UEFA. Lo de la UEFA es realmente extraordinario, cada vez son mejores, pero lo que hemos observado acá es una vergüenza continental. La CONMEBOL y sus secuaces tienen mucho que aprender de cara a lo que sigue: Clasificatorias y Mundial de Fútbol 2026, nuevamente en Estados Unidos. ¿México y Canadá estarán preparados?
Con Argentina bicampeón, se cierra, para muchos, la peor organización de una Copa América en la historia, donde todo se preparó para una final que todos sabíamos y con una clara conclusión: no podemos seguir metiendo a la fuerza el fútbol en un país que no tiene cultura futbolística, donde otros deportes (Basquetbol, Fútbol Americano, Béisbol, por ejemplo), están más arraigados por la naturaleza en los americanos y su cultura, el fútbol, lamentablemente, no está en su lista.