Fueron punteros todo el torneo, bueno, gran parte. Eran los favoritos. Le habían ganado a la Universidad de Chile en un partido electrizante. Llegaban a la última fecha con la primera opción de salir campeón, pero… La Unión Española lo hizo otra vez.
Primero fue Colo Colo. A la semana siguiente, Cobresal. Y claro, porque el elenco dirigido por Gustavo Huerta llegaba al Santa Laura con la chapa de campeón, pero los diablos rojos le aguaron la fiesta en el último partido del 2023.
Cobresal (56) llegaba con la ventaja de dos puntos sobre Huachipato (54), el único equipo que podía matemáticamente salir campeón o forzar un partido de definición. Unión Española, sin chance alguna ni siquiera para alegrarse, tomaba el partido con la seriedad necesaria, tanto así, que le amargó la tarde al elenco de El Salvador.
Corría el minuto 58’ de partido cuando Stefano Magnasco ingresó destapado por el sector derecho y sacó un tiro cruzado que dejó sin opción al portero Requena, de gran actuación. Minuto fatídico para Cobresal. Minuto del terror para los cerca de 5.000 hinchas cobresalinos que llegaron a la Catedral del Fútbol.
¿Qué pasó entonces? Cobresal no arriesgó y aun perdiendo, no apostó al ataque, al contrario, sacó a sus delanteros Cecilio Waterman y Gastón Lezcano. Cambió a Leonardo Valencia y perdió el medio campo. Por otro lado, Huachipato ganaba en el sur. Y de a poco, a los nortinos, se le escapaba el sueño de su segunda estrella en el fútbol chileno.
El gol del empate Waterman, antes de salir reemplazado, esperanzó y revivió las almas mineras, pero el eficiente VAR invalidó el tanto del panameño que significaba, hasta ese entonces, un partido único entre Cobresal y Huachipato.
¿Y qué pasó después? Cobresal no buscó el empate. Cobresal no fue en busca del triunfo. Cobresal se durmió, tal como lo hizo desde la pausa por un mes del fútbol chileno. Cobresal sintió la presión. Cobresal arrugó. Cobresal no se atrevió a salir campeón. Cobresal no quiso salir campeón, teniendo todo para ello.
